Colores: La paleta de colores predominante gira en torno a tonos tierra, beige y marrones claros, con un enfoque en tonalidades cálidas que evocan calma y conexión con la naturaleza. Los blancos y cremas en los textiles aportan frescura y amplitud al espacio, mientras que los acentos oscuros en los detalles añaden profundidad y contraste.
Texturas: Las texturas naturales son protagonistas en este diseño. Las paredes con acabados de cemento pulido, la madera en tonos claros y los tejidos naturales se complementan entre sí, generando una sensación orgánica y acogedora. Los muebles reflejan un acabado artesanal y robusto, transmitiendo calidad y durabilidad, ideales para un entorno costero.
Estilo: El estilo minimalista contemporáneo domina el diseño, con un enfoque en líneas limpias y simples que priorizan la funcionalidad sin sacrificar la estética. Los espacios son abiertos y se aprovechan al máximo los elementos decorativos esenciales para evitar la sobrecarga visual, logrando así una experiencia relajante.
Sensaciones: Este hotel de playa invita al descanso y la desconexión. La combinación de materiales naturales y colores neutros crea un ambiente que transmite tranquilidad y bienestar. Las áreas están diseñadas para aprovechar la luz natural y ofrecer una conexión visual con el entorno exterior, reforzando la idea de un refugio sereno frente al mar.